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Lo Que Arde

Zurcir el fuego

Actualizado: 1 dic

No todo se empieza desde cero.

A veces se empieza desde lo roto.

Un hilo, un gesto, un resto: eso también puede sostener algo vivo.

Esta historia me encontró en un documental de Lacan,

y todavía no terminó de secarse.


Ilustración digital de estilo neo pop con retrato estilizado de Jacques Lacan en tonos magenta y azul, usando gafas oscuras, junto a uno de sus esquemas teóricos sobre el lenguaje, la necesidad y el deseo. En la parte inferior se ve una cinta de Möbius en colores fucsia y amarillo, como referencia visual al bucle infinito del sujeto y la estructura del inconsciente.

Hace un tiempo, en uno de los documentales que vi sobre Lacan, apareció una historia que se me quedó para siempre (yo soy medio como una especie de fan de Jacquesito 🤭).

En ese documental hablaban pacientes suyos, alumnos, y también se intercalaban fragmentos de cuando él estaba vivo, dando clase.


Entre todo eso, alguien contó una escena que todavía no puedo olvidar.

Dicen que Lacan, el psicoanalista, una vez le ofreció un pañuelo a una paciente.

Ella estaba devastada: se le había muerto la hermana, no tenía fuerzas ni para hablar.

Lacan le alcanzó un pañuelo de tela. Viejo. Medio roto, con hilachas.

Ella pensó que era un descuido, pero igual lo aceptó.


Al llegar a su casa lo lavó, lo secó, y empezó a zurcirlo.

Dijo que fue casi sin pensar, que el hilo le fue marcando el camino.

Al coser ese pañuelo sintió que estaba reparando algo más que una tela. Lo más increíble: es la misma paciente la que cuenta la historia.

Qué loco —cómo al final ella le sacó la ficha al Jacques.



🔥 Alegoría para Lo Que Arde


Yo pienso mucho en eso cuando hablo con gente que quiere construir algo.

Un proyecto, un negocio, una marca.

A veces no empezamos desde un lugar limpio ni ordenado.

Empezamos con un pedazo de tela vieja, con algo que no está entero.

Y la tarea no es comprar otro pañuelo:

es zurcir el que tenemos.

Lavarlo, remendarlo, ponerle hilo nuevo.


Construir, a veces, es eso:

reparar lo que todavía puede sostener calor.

Y hacerlo mientras tus manos tiemblan,

porque la fe no viene antes —se hace mientras cosés.



Letra “a” minúscula en color fucsia cereza atravesada por una aguja plateada con hilo del mismo tono. La tela es beige claro, sin textura, y las pequeñas letras “a” funcionan como puntadas. Representación visual del deseo y la reparación.


Tal vez por eso me gusta tanto esa historia.
Porque no habla de perfección,
habla de movimiento.
De seguir zurciendo,
aunque el hilo no combine del todo.



Retrato vintage de Jacques Lacan joven con el torso descubierto, sosteniendo un cigarrillo y con expresión serena. La imagen tiene grano fuerte y alto contraste, evocando el clima introspectivo de los retratos de archivo.



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y seguí el hilo.


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