Las capas del fuego
- Larisa - LoQueArde

- 26 sept
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 sept
El primer compás
Tenía 5 años y el mundo era danza clásica. El cuerpo como partitura, la disciplina como aire. Mi lugar conocido. Mi cárcel también.
Volver
A los 26 volví a bailar después de más de una década lejos. Volví con lo único que conocía: lo clásico. Era reencuentro y repetición. Amor y odio. Sentía que estaba otra vez, pero en un espejo viejo. La rigidez estaba en mi cuerpo y en mi cabeza. Moverme era repetir, no interpretar.
Cuando el cuerpo se rompe
La lesión física y del alma.
Ya no podía bailar.
Entonces entraron otros lenguajes: fotografía, teatro, astrología tradicional, cine, libros.
Otros escenarios donde poner el fuego.
El re-aprendizaje
Más tarde descubrí Feldenkrais, Gyrokinesis, la biomecánica.
Aprendí lo orgánico, lo que rompe rigideces.
Era volver a aprender a moverme, pero con otra lógica del cuerpo.
El retorno con dolor
Nuevamente otra década hasta que volví a bailar.
Ya no era ingenuidad ni espejo.
Era volver con dolor, pero también con conciencia nueva.
El fuego seguía ahí, distinto, pero intacto.
Los 90s
Moda, estilos, vivencias.
La música como sangre: no puedo soltarla, la necesito conmigo.
Esa década quedó tatuada en mí como un ritmo base que nunca deja de sonar.
Edición = coreografía
Editar video no es técnico, es montar una coreografía invisible.
Acentos, silencios, loops… y la parte que estalla.
Lo que parecía “digital” se volvió un teatro analógico: horas enteras en stocks, máscaras, efectos, como si fueran pasos de baile.
La fuga intelectual
Siete años de ingeniería.
Y un final que nunca llegó. La tesis no la soporté.
No quise firmar con tutores que no respetaba.
Lo dejé por la mitad. Para nunca más volver.
Todo lo que estudié ahí nunca coincidió conmigo ni con la realidad.
Las lecturas como refugio
En mis 10, Mujercitas. En mis 20, un novio me tira a Nietzsche.
De ahí a Schopenhauer, Arlt, Hesse. Y mi vieja, maestra, exigente hasta lo insoportable, pero con un ropero lleno de estilo y de libros.
La invención constante
Escapadas, viajes, desilusiones.
La anhedonia como vacío.
Y aun así, la búsqueda de verdad y de salidas.
La necesidad de inventar mi mundo propio.
Las piezas
♪ "...and the pieces of my puzzle keep crumbling away... but I know there’s a picture beneath" ♪
Todo lo que se rompe es capa.
Todo lo que tejo vuelve de otra forma.
Hoy
Lo que antes eran compases de danza ahora son keyframes.
Lo que antes era coreografía en un escenario hoy es montaje en un timeline.
Y sigue siendo fuego.
Microdesafío
Escribí tu propio manifiesto en 10 líneas.
No pienses en “gustar”, pensá en decir lo que duele, lo que vibra, lo que te mueve.
Después, releelo en voz alta.
Si tiembla, mejor: significa que está vivo.
Este fue otro fuego de Blog Ardiente.
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🎧 Mientras edito, dejo de fondo Uma Criança Com Seu Olhar — versión acústica de Chorão.
La letra habla de crecer, de la madurez inevitable, pero también de cómo sostener lo simple y lo eterno en medio de todo.














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