Una startup argentina, Mercado Cripto, convirtió autos de alquiler en tokens con rendimiento mensual del 10 %. El modelo combina blockchain, movilidad y economía real: cada token representa una parte del ingreso generado por un vehículo en uso. Más allá del dato, el proyecto plantea un cambio de lógica —de poseer a participar— y muestra cómo la tokenización empieza a pisar la calle. En un país acostumbrado al rebusque, la idea de invertir en movimiento deja de ser metáfora.

El mapa cripto global empieza a reconfigurarse: Singapur y Emiratos lideran en adopción, EE. UU. avanza en regulación con Crypto.com obteniendo licencias completas, Solana se debate entre velocidad y estabilidad, y el Reino Unido levanta la prohibición de los ETF de Bitcoin. Un escenario que deja claro algo: el ecosistema se está institucionalizando sin perder su pulso especulativo. Mientras algunos miran con desconfianza, otros ya están aprendiendo a leer las corrientes.